Sandro Valarezo Polo, un lojano comprometido con las grandes causas sociales, décadas atrás, decidió migrar a los Estados Unidos de América con el propósito de desarrollar interesantes proyectos que incluyeron iniciativas que fueron más allá de lo estrictamente personal. Detrás de esa valiente decisión que implica para toda persona separarse de parte de su familia, de los amigos y del barrio que lo vio crecer, estuvo la idea, creo firmemente en aquello, el deseo de ser un soporte para todo ecuatoriano y, especialmente lojano, que por diferentes motivos tomó la opción de salir de su país en búsqueda de otras y quizá mejores oportunidades relacionadas con el ámbito laboral o profesional.
En esa línea de trabajo y compromiso, Sandro Valarezo, no sólo que conquistó –en lo individual- el llamado sueño americano, sino que, en la práctica, asumió generosamente el papel de embajador ecuatoriano (sin nombramiento ni remuneración oficial), al tomar la responsabilidad de promover los valores y la riqueza cultural nacional, con énfasis, en el aporte que en este campo entrega nuestra provincia. Asimismo, coadyuva en mantener la cohesión de la comunidad lojana en torno a su identidad y la profunda vocación religiosa hacia la Virgen del Cisne, imagen de la Churonita a la que, anualmente, se le rinde homenaje en el Estado de New Jersey.
Y desde luego, también se ha convertido, junto a un entusiasta grupo de colaboradores, en el apoyo efectivo al migrante, con orientación, ayuda e integración de los lojanos a una comunidad que con el pasar de los años se ha transformado en una de las más dinámicas e influyentes en esa parte de los EE.UU.
Para ello se constituyó, precisamente, el Centro Social Loja en New Jersey (con 34 años de fructífera vida institucional) y de su medio de comunicación digital, con diez años de funcionamiento, donde la voz del migrante tiene plena cabida.
Sandro Valarezo, un ejemplo de integridad y buen ciudadano con todas sus letras.
Giovanni Carrión Cevallos
@giovannicarrion