Una formula repetida, partidos políticos y movimientos nacionales incluyendo a ‘talentos de pantalla’, futbolistas, reinas de belleza y más para completar sus listas de precandidatos rumbo a las elecciones generales del 2021. Iniciando así con la farsa política donde se necesita tres elementos: votantes, candidatos y un sistema que propicie y administre el espectáculo. Los votantes seres forzados “democráticamente” a elegir entre los candidatos, sin libertad para rechazar la parodia porque el voto es obligatorio. Los candidatos se sirven del sistema y de los votantes. Así como los votantes somos sumisos y amaestrados por el sistema antidemocrático, los candidatos son momias sacadas de la “vasija de barro” donde mantienen su lozanía física y su probada incapacidad, jovenzuelos destacados por ser bellos, cabezas parlantes de algún medio e intocadas por las ideas, pues han surgido del ocio, del espectáculo y el aplauso. Como loros, repiten frases clichés: hay que reactivar la producción, invertir en salud y educación, terminar con la corrupción e inequidad, lograr el bienestar ciudadano, aumentar el empleo. Estas frases vacías que hablan de una economía que debe mejorar sin duda alguna. En las campañas prometen cubrir las carencias que los anteriores políticos no han satisfecho. Ofrecer e incumplir es parte de nuestra idiosincrasia, mientras creemos que las palabras obran milagros. Estos discursos utópicos son tópicos en Ecuador, el país de la utopía.