Demagogia irresponsable

La campaña electoral que se viene desarrollando en este año en Ecuador es por sí misma la más demagógica y catastrófica de todos los tiempos.

¡Mentiras! ¡Falacias! ¡Promesas irrealizables! ¡Engaños y retóricas falsamente revolucionarias!, son las características principales de este fenómeno que ha vuelto nugatorio el principio constitucional y legal de transparentar las elecciones. 

Caminar por esta ruta, amigos lectores, es una manera incorrecta de vivir en democracia. Es una manera de irnos olvidando gradualmente de nuestra moral. De hundirnos en falsas promesas que a lo único que apuntan es a lograr el apoyo de la gente para alcanzar poder, poder, poder a costa de cualquier precio.

Este tipo de irregularidades es lo que se incrustado en el quehacer político ecuatoriano; eso es lo que nos tiene presos de ese subdesarrollo atroz que padecemos. Eso es lo que nos atrae hacia nuestro fracaso estrangulador. Eso es lo que nos ha corroído el alma. Vayas donde vayas, toques lo que toques, siempre encontraras hipocresía y argucia.

Lo fundamental, con todo, es ese movimiento de rebelión y de protesta que están emprendido algunos pensadores ecuatorianos que trata, según entiendo, de plantear una propuesta para concientizar al pueblo y educar a las futuras generaciones, para erradicación de este nuevo entramado de la corrupción. Estoy seguro que así será.

Y eso es todo. Alguien me dijo que no concienciar al pueblo, ni educar a los jóvenes para cambiar esta realidad es como atracar a la cultura. Y claro que tiene razón.

Jaime A. Guzmán R.

jaimeantonio07@hotmail.es