¿Aranceles a las ideas?

La política comercial de Estados Unidos despierta temores por profundizar la crisis de pobreza global. Desde el 2 de abril de 2025, luego de anunciar un impuesto universal de 10% sobre sus importaciones, ocurren reacciones en los mercados que tienden a empeorar las previsiones de crecimiento y, como es frecuente, con mayores impactos nocivos en los países débiles.

Se discute la efectividad del proteccionismo para las industrias nacionales porque hay evidencias que señalan que no se beneficia a los consumidores ni se crean robustos sistemas productivos. Además, romper acuerdos e interrumpir diálogos no favorece a la calidad de los bienes y servicios.

En el fondo del eslogan “Make America Great Again” se vislumbra la ausencia del otro, de las diversidades porque se está obligando a acoger los estándares del aquel que se piensa más poderoso.

La identificación de procesos eficientes o la creación de fórmulas que permiten menores costos de fabricación son frutos de ideas innovadoras, es decir cuando se monta una barrera para “proteger” métodos de mayores costes, en el fondo se está castigando a las opiniones, al que piensa distinto, y se aleja a las personas que buscan mejores condiciones de vida para todos.

El “Día de la Liberación” del presidente Trump se suma otros episodios que manifiestan que el rechazo a las personas pobres del “sur global”, el expansionismo y la plutocracia serían las bases de una nueva era. Pero siempre queda la esperanza porque no se pueden negar los derechos inalienables del ser humano, y desconocer que la expresión, la comunicación, la voz de las minorías definen a las personas y dan sentido a la existencia.

Abel Suing

arsuing@utpl.edu.ec

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