Claro. En este sombrío panorama, está necesidad es una tarea urgente.
Las pensiones de los jubilados no han sido revisadas desde el gobierno de Rafael Correa que dejó creando la trampa para que las mismas no se mejoren, causando de esta manera un gran daño a la economía y dignidad de los jubilados que viven un drama pavoroso, considerando que las actuales pensiones que perciben, no les alcanza ni para cubrir sus mínimas necesidades.
Las fuentes para financiar este anhelo son varias. Entre otras restituir y mejorar los subsidios para que estos sean más solidarios y equitativos; que los fondos del sistema sean invertidos en inversiones que generen buenos y seguros réditos; crear fuentes de trabajo y con ello el incremento de aportantes; y, que el gobierno pague la deuda al IESS de los miles y Miles de dólares que los tomó arbitrariamente.
El futuro presidente de los ecuatorianos tiene una única y contundente oportunidad de remediar esta problemática. Mantener en nuestra legislación las absurdas normas que se han legislado para perjudicar a los jubilados, nos indigna y genera repugnancia.
Lo sé, lo sé. El problema es complejo, pero tiene que ser resuelto, pues, en el ámbito constitucional y legal el Estado está obligado a garantizar a las personas jubiladas un nivel y calidad de vida digna, que garantice su estabilidad física y mental y por ende tiene que revisar y mejorar las pensiones jubilares periódicamente para satisfacer- en la medida de lo posible – las necesidades básicas de estás personas que tantos y tantos aportes han dado al país. Que la vergüenza, avergüence aquellos que envilecieron la dignidad de los hombres que tanto han contribuido al desarrollo de la Patria.
Jaime A. Guzmán R.
jaimeantonio07@hotmail.es