Año tras año y por novena ocasión consecutiva se desarrolla en Loja el Festival Internacional de Artes Vivas, iniciativa propuesta años atrás y cuyo fin es promover a la ciudad en su imagen centenaria como cuna de artistas, ciudad cultural y bohemia. Nos compete reflexionar sobre el legado de este festival, y si su naturaleza en realidad promueve el turismo y las artes o estas dos se limitan en el tiempo, a una semana al año. No podemos descartar que esta edición se realizó en un contexto nacional complejo, una crisis energética agravada por la mala gestión gubernamental, así como acontecimientos locales, incendios forestales, entre otros. Sumando así, la necesidad de replantear ideas para las ediciones venideras.
Loja fue por décadas conocida por su cultura, sus prácticas artísticas como parte de su día. Por lo que es necesario procurar el progreso interno con ideas y proyectos innovadores, sumando además a mas personas a los escenarios. Logrando de esta forma ligerear la gestión de la administración de turno frente a estos eventos, y sea la sociedad civil desde sus bases que propongan, aumentando la inclusión de mas organizaciones y optimizando recursos económicos que pueden ser destinados a levantar la calidad del evento en otros ejes que han sido descuidados, como la promoción del mismo en el medio nacional y sumar eventos de categoría internacional a su programación.
Espero con ansias que los resultados de este año en cuanto al alcance y acogida del evento hayan sido satisfactorios y esto ponga sobre la mesa la necesidad del fortalecimiento del mismo pues es una ventaja turística demasiado necesaria al tener ciudades vecinas cuya gestión turística es mucho mayor.
Darío Xavier Alejandro