Manifestado con la ira, la irritabilidad, discusiones o desobediencia hacia figuras de autoridad, tienden a culpar a otros por errores propios, perdiendo la paciencia con facilidad y en extremo susceptible de enojo y molestarse con frecuencia, esto generalmente encierra al sujeto en una actitud hostil, alejando personas cercanas.
Por supuesto que es un trastorno que se manifiesta en la infancia, y que se exterioriza contra la madre o el padre en edades tempranas. Y aunque si bien se diagnostica en una edad pre escolar, se ha visto casos en los que estos comportamientos se desarrollan con más problemática en la adultez, y con más severidad cuando tomas el poder de un Estado, sin la preparación o experiencia para ejercerlo.
El trastorno oposicionista desafiante también implica ser rencoroso y vengativo, con actitudes hostiles y desafiantes, cuando el sujeto llega a un estado de alteración se exhibe mediante la promulgación de frases crueles y desalmadas, intentando herir los sentimientos de los demás, y buscando una especie de venganza a situaciones poco trascendentales, lo que provoca un comportamiento permanente que puede ser reconocido como un resentimiento social.
Identificado esto, comprendes lo peligroso y caótico que puede convertirse un régimen político, que sostiene todo su poder sobre una sola directriz: La Oposición Desafiante. Respondiendo de esa manera cualquier coyuntura, episodio o problema que se le presente, y confrontando con brutalidad y vehemencia, a la mínima sensación de crítica, opinión o pensamiento que difiera de su idea.
El conflicto manifiesto es el resultado inmediato, y se dirige con ferocidad contra quien cree que es el enemigo, sea este el legislativo, la justicia, su misma burocracia, la opinión pública, o el mismo pueblo, a quienes es capaz de tachar de delincuentes, terroristas o narcos, por creer en otra alternativa política. Conflictos innecesarios efectos de un trastorno, propios de un infante.
Jorge Ochoa Astudillo
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