Aunque el acta de independencia de la ciudad de Loja haya sido suscrita el 17 de febrero de 1822 y no el 18 de noviembre de 1820, según documento descubierto en el Archivo Histórico del Municipio de Loja, la fecha más histórica y emblemática sigue siendo el 18 de noviembre, constituyéndose en una oportunidad para inquietar al civismo cuyo espíritu ha sido un referente, aunque debemos aceptar que dicha virtud está disminuyendo por varias razones, incluyendo la educación, razón por la que el Ministerio de Educación ha dispuesto el retorno de la cívica y ética desde el presente año lectivo en la malla curricular educativa, para evitar minimizar nuestra identidad, historia y cultura.
Es que el civismo como valor del espíritu conlleva una responsabilidad de todos, pero con una práctica autentica, permanente, de respeto y amor sublime a los símbolos patrios, sabiendo que su práctica es un recurso que atrae nuevas esperanzas, infunde entusiasmos, levanta el alma, y acaso el civismo puede ayudar a revelarnos contra la corrupción.
Por la crisis que vive el país, incluida la oscuridad por los apagones que siguen de largo por la incapacidad de encontrar prontas soluciones; es posible por ello que no estemos para festejos, pero nuestro celo cívico nos obliga a estar presentes en el nuevo aniversario de la faena patriótica del 18 de noviembre, fecha que debemos recordarla viendo flamear la bandera de Loja en los balcones, plazas y edificios públicos, en las puertas y balcones de nuestras casas, en los desfiles y actos cívicos, flameando rebelde e inquieta como el alma lojana.
Que los hitos de la enseña patria inquiete a los lojanos a un despertar cívico colectivo en este día que exige la notoriedad que se merece. Que el Municipio con su prioste mayor el Alcalde y más autoridades, ejerciten su obligación de alimentar el espíritu del vecindario, exaltando la gloria libertadora de hace 204 años, y que nos pertenece porque fue decidida por el propio pueblo.
Adolfo Coronel Illescas