Mis tres Marías

“Ya el amor respira por la herida

viendo a mis lindas tres Marías”

El 8 de septiembre por tu natividad, te visitaré María, madre de Dios y madre nuestra. No es que no te haya visitado, lo he hecho y a menudo. En esta fecha, el Santoral te festeja y un hijo, con mayor dedicación, debe ir a demostrar su amor a la dueña de sus días. Bendita seas Señora de los cielos.

Festejaré también a mis tres Marías: María Cristina, carne y sangre de mi amor con Ruth, María Lorena que llegó de la mano de mi hijo al hogar y María Sol, viento en flor en la tarde de mi existencia y en vísperas del medio siglo que el corazón condecora por la constancia y la ventura. Sí, casi cincuenta años de mi compañera y yo, de juntos caminar por la senda que nos propusimos. Horas en lluvias unas, otras de sol que nace a luna que llega, siempre de la mano para adelantar sin tropiezos.

Desde aquel noviembre, a orillas del rio Malacatus que escuchó mi amor por ella y guió nuestros pasos al nido inquieto, juvenil de la vida; hoy, congregamos padres, hijos, nietos y bisnietos.

En este día especial despertaremos para vestirnos de alegría, luego de la oración primera de entrega de la familia al Señor, nos abrazaremos con el cariño del corazón sencillo que se engranda y se aduerme en la nave que surca el horizonte de la existencia. Nos regocijaremos con la dicha de tenernos juntos y sellaremos nuestro pacto con un beso en la frente. Ya en mi intimidad repetiré despacio la canción, de mis tres Marías.

Jaime Vinicio Meneses Aguirre

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