La degradación sistemática, es un proceso que ocurre de manera ordenada, invariable y repetida en un sistema o entorno especifico, y afecta a diversos aspectos de la vida, desde el medio ambiente, hasta la salud, la educación o la economía.
En el ámbito Social, sus causas son la desigualdad social, la corrupción, el desinterés político, o la inexperiencia mismo, que conlleva a la falta de inversión en lo público, pero sobre todo en lo importante y en lo necesario.
Y es así como sin darnos cuenta, venimos transitando y lo peor “acostumbrándonos” a degradar nuestra calidad de vida. A perder espacios públicos, a perder servicios básicos, y a convivir en sociedades gobernadas por badulaques aparecidos que, desde un pequeño habitáculo de poder, descomponen todo lo que alguna vez funcionó.
Esta es la ciudad de Loja. La pequeña urbe que transitó desde la nobleza, la distinción y la hidalguía de ser cuna de referentes, y referencia mismo, a la actual olvidada y arrinconada ciudad, sin agua, a veces sin luz, y sin orden, que prefirió el juego y entretenimiento popular, a la planificación y ordenanza institucional.
Loja ya no es más la llama del “continuo adelanto”, esa llama que fulguraba desde el Sur la soberanía de la patria, llama que iluminaba desde la academia, el camino de notables figuras que guiaron la política local, y encabezaban tribunales y cortes nacionales, que se convertían en referentes de cultura y arte. El brillo de la Inmaculada concepción de Loja se apagó.
Y una razón probable, es que el lojano promedio, en lugar de componer, de crear o desplegar su talante, hoy está buscando agua en tanqueros, esquivando baches, esperando en el tráfico o buscando oportunidades en una ciudad sin posibilidades. Problemas que el gobierno local, debía encargarse.
Jorge Ochoa Astudillo
jorge8astudillo@gmail.com
Interesante punto, la carencia de tiempo al emplearse en la supervivencia. La Loja brillante en efecto fue de aquellos que ya tenían resuelta la supervivencia: Burneo, Valdiviezo y otros. También los hay de los que tuvieron que labrar las piedras como: Rojas, Espinoza y otros.