Serpenteante recorre el agua de los riachuelos, quebradas y ríos, conformando un paisaje que a cada distancia va cambiando, deslumbrando gratamente con nuevas campiñas de belleza inconmensurable y de elevada importancia ecosistémica, por el servicio hidrológico que esas aguas brindan para la supervivencia de muchas personas. Pero, ¿qué sucede cuando el agua llega a una frontera entre países?, pues nada, el agua sigue su cauce, acarreando todo lo que aguas arriba vino recogiendo, por ello, resulta fundamental que las actividades inherentes a la gestión de los recursos hídricos, logren equilibrar la sostenibilidad ecosistémica con los requerimientos hídricos, garantizando el acceso al agua.
La gestión de cuencas transfronterizas es la estrategia de planificación, ejecución y evaluación de actividades que permiten el uso sostenible del agua, suelo y subsuelo de una circunscripción hídrica que abarca dos o más países que deben coordinar planes, programas, proyectos y actividades con enfoque de equidad, solidaridad y transparencia. Es importante la adecuada gestión de las cuencas transfronterizas para generar: beneficios ecosistémicos (conservación de biodiversidad y garantía de servicios ecosistémicos), beneficios sociales (mejor acceso a servicios básicos, menos riesgo a desastres), beneficios culturales (preservación de diversidad cultural) y beneficios económicos (reducir costos para realizar actividades productivas, menores repercusiones por riesgos de sequías o inundaciones).
Benjamín Ludeña Guamán
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