Elecciones sin agresiones

Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura, se lamenta que vivimos en una civilización del espectáculo, es decir, donde lo que prima como valor superior es la diversión, el entretenimiento y para conseguirlo se ha banalizado, entre muchas otras áreas, la literatura, el arte, la religión, el periodismo y desde luego también la política.

Tanto es así que ahora, valga decir, en las campañas electorales, el debate de ideas, confrontación de planes de trabajo y de propuestas, han perdido espacio y más bien, lo que predomina es el manejo marquetero del candidato, donde destacan las frases sin mayor sustancia o mensajes nimios, lo cual también se observa con profusión en las redes sociales, espacio que está repleto de superficialidades ya que, en últimas lo que verdaderamente importa es la difusión de imágenes y no de contenidos.

En el caso de Ecuador, se debió introducir en el Código de la Democracia (Art. 202.2), la figura del debate obligatorio para las elecciones presidenciales, así como también de alcaldes y prefectos, con el propósito que los candidatos se vean forzados a contrastar, precisamente, ‘…sus programas de gobierno y propuestas programáticas…’.

Y como se entenderá, como una consecuencia de esta forma de frivolidad de la política, lo que se advierte es el deterioro –en general- de la calidad de nuestra democracia, en la que muchas veces se termina eligiendo con base a un voto emocional y no necesariamente reflexivo.

De ahí que Fundación CAJE, Ciudadanía y Desarrollo; Red de Mujeres de Loja y Grupo Faro, impulsan la campaña cívica ‘Elecciones sin agresiones con enfoque de género’, cuyo objetivo central es alcanzar, durante esta campaña electoral, el respeto a la pluralidad de ideas, así como a la diversidad de género y a la brecha generacional.

En suma, se trata de cerrar el paso a la violencia en todas sus expresiones, a la liviandad política, a la difusión de noticias falsas y a la demagogia.

Giovanni Carrión Cevallos

@giovannicarrion