En su afán por fortalecer los ingresos y consolidar sus presupuestos anuales, los gobiernos municipales suelen recurrir a la elevación de impuestos, especialmente los prediales y rústicos. Sin embargo, esta medida genera malestar en los ciudadanos, especialmente cuando se implementa sin una adecuada socialización ni una planificación que detalle el destino de los recursos recaudados.
Es comprensible que el ciudadano común rechace el aumento de impuestos si no observa mejoras tangibles en su entorno. Carece de sentido aumentar las cargas tributarias cuando los servicios básicos siguen siendo deficientes, las obras públicas son escasas o inexistentes, y las necesidades comunitarias continúan sin respuesta.
En los cantones de la provincia de Loja, como en muchos otros territorios del país, esta es una realidad que genera frustración e inconformidad social. Con frecuencia se escucha el malestar de la ciudadanía cuando se acerca a las ventanillas municipales a cumplir con sus obligaciones tributarias y se encuentran con la sorpresa de que los valores se han incrementado, en algunos casos, hasta el 100 por ciento, sin plena justificación.
Por ello, las autoridades municipales deben actuar con responsabilidad. Antes de decidir un alza tributaria, deben demostrar que existe una planificación clara, transparente y enfocada en el bienestar colectivo. No se puede legislar a espaldas de la gente, se debe socializar el proyecto donde se justifique la nueva alza con la ejecución de obras prioritarias que ayuden a resolver los principales problemas que aquejan a las comunidades de la provincia.
Elevar los impuestos sin ejecutar obras es cargar injustamente al pueblo. Y cuando el pueblo se siente agobiado, ignorado o maltratado, la paciencia tiene un límite. No se trata solo de recaudar más, sino de devolver en servicios lo que la ciudadanía aporta. Gobernar también implica saber cuándo y por qué pedir más al ciudadano.
César Sandoya Valdiviezo
@SandoyaC
¿Quién fue primero: el huevo o la gallina? En algunos cantones los valores que cobran son irrisorios, es más caro el rubro de impresión.