El país del “cambio” que nunca cambia

La palabra “cambio” en este país se ha vuelto algo común, un eslogan vacío que rebota entre micrófonos y redes sociales, mientras las calles gritan otra cosa, mientras veníamos de un paro nacional de semanas. El reciente resultado de la consulta popular y referéndum fue mucho más que una derrota política para el gobierno: fue un grito colectivo, un basta al simulacro de gobernar desde la improvisación, el cálculo electoral y la desconexión con la realidad.

La gente votó NO porque no olvidó la represión durante el paro, porque no creyó, porque intuyó que tras cada pregunta mal explicada había una trampa, una intención no dicha, una urgencia de poder. El voto fue emocional, sí. Pero también profundamente racional. En un país marcado por el desempleo, la violencia sin tregua y la desinstitucionalización, era insensato pedir más concesiones sin explicaciones claras.

Y la respuesta del gobierno no fue la reflexión, fue la fuga. Noboa partió al extranjero con premura, como si el silencio, el no dar la cara y la agenda secreta pudieran reemplazar la autocrítica. A su regreso, tras cambios, algunos polémicos, de ministros y gobernadores, maquilló cifras y proclamó avances sin sustento en sus dos años de gestión. Habló de logros sin mostrar las heridas que siguen abiertas: los homicidios que no cesan, la pobreza que se profundiza, el miedo que se ha vuelto rutina.

Mientras tanto, la clase política, de izquierda y derecha, sigue entrampada en su juego de egos y discursos. Para quienes defendemos la justicia social y el Estado constitucional, este momento exige tres cosas: transparencia, rendición de cuentas, y diálogo auténtico con la ciudadanía. No basta con hacer promesas; se necesita demostrar, con datos reales, con participación, con pluralidad.

Ecuador no necesita más símbolos de cambio, necesita un cambio real. Uno que se construya con la gente, desde abajo, con ética y con memoria. Porque no se trata solo de gobernar: se trata de ser digno del pueblo al que se sirve.

Álex Daniel Mora Arciniegas

alexmorarciniegas@gmail.com

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