Cuando transcurría la mitad del año 2025, el ser humano ya consumió la totalidad de los recursos naturales que el planeta puede generar en todo un año, es decir, se produjo un sobregiro ecológico, creando una deuda impagable, misma que impacta gravemente a los procesos ecosistémicos. A este ritmo de consumismo y degradación ambiental requeriremos dos planetas Tierra para poder vivir, presentándose escenarios muy desfavorables para nuestra subsistencia como especie.
¿Pero cómo llegamos hasta acá? Pues existen varios factores que generan esta problemática, pero los principales son: (1) los modelos económicos ineficientes, ya que los actuales sistemas productivos y de consumo propenden al desperdicio y a la nula reutilización; (2) la fuerte dependencia a combustibles fósiles como petróleo, carbón y gas para cubrir las necesidades de las personas; (3) la falta de acción por parte de autoridades y de las personas, que en muchos de los casos no tienen conciencia sobre la urgencia de actuar para cambiar tendencias, mediante un accionar colectivo con un fuerte compromiso de implementar políticas públicas, que converjan en actuaciones sociales sostenibles y amigables con el ambiente.
Existen dos caminos, continuar igual y extinguirnos como especie humana en poco tiempo, o adoptar, colectivamente, prácticas de vida sostenible como utilizar medios de transporte alternativos, dejar de utilizar productos de un solo uso, consumir lo local, usar eficientemente la electricidad en el hogar.
Benjamín Ludeña Guamán
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