Llegó la hora de construir, de mirar el horizonte con esperanza e ilusión, no hay tiempo para la sorna y el vituperio mordaz es tiempo de construir, de surcar los campos con la simiente nueva del triunfo libertario; no hay tiempo para enlodar el pensamiento y las acciones de los nuevos arquitectos de la Loja guardiana sin relevo de la ecuatorianidad; es tiempo de vivir, de trasmitir con valentía y altivez el pensamiento de la gente nueva, de los obreros del saber que bregan sin cesar por un cambio verdadero.
Atrás quedó el rezago morboso de los politicastros del ayer, sus acciones virulentas y sus despojos de inmoralidad… se diluyen en la podredumbre de su mendicidad intelectual; no hay tiempo para enfrentar la verdad con las acciones borrascosas de aquel trapacista que esconde su ponzoña y su incompetencia, en vulgares panfletos que suscriben sus lacayos; ¡NO! Pancho Pueblo, es la hora de construir un horizonte de ilusiones y prosperidad.
Ahora los campos se han vuelto frescos y radiantes, si ayer surcamos los mares para alcanzar el puerto libertario, surquemos también las praderas y los valles para dejar una simiente nueva, la sabia fecunda de la esperanza ciudadana; mujer y hombre unidos por un solo ideal… la Loja del mañana. No podemos detenernos ante la vulgaridad de los caciques que naufragan sin identidad en los mares de su propia marejada; ¡NO! Pancho Pueblo… es tiempo de construir.
¡Vamos a construir! A llenar los campos de nuevos saucedales, a disfrutar de la mágica luz que nos ofrece un arupo en primavera, no volteemos nuestra mirada hacia el pasado… para confundir nuestros ideales con el lastre de la mentira y la opresión. Vamos a entonar las canciones lojanas, recordando a la Pequeña Ciudadana; vamos a empuñar la espada libertaria del “Chazo Lojano” y a cortar de un solo tajo, los abrojos marchitos que aún pretenden deslucir el bello paisaje de la pradera al caer la tarde.
Es tiempo de construir en el corazón de los lojanos, el júbilo y el alborozo de sentirnos libertarios; la emoción inconmensurable por haber desatado las amarras esclavistas de un pasado excluyente. Vamos con prisa a construir, a proyectar la ilusión de una cosecha abundante en las manos transparentes y limpias de las nuevas generaciones; para que esto suceda les deseamos: …buen viento …y buena mar.
Lenin Paladines Salvador
leninb14paladines@gmail.com