La sociedad de cara

El tema de la delincuencia siempre pone a la sociedad de cara con esa espina que la llevamos clavada y nos fustiga ahondándose en un círculo que no acaba.

Es un tema delicado que abre grandes controversias en el vulgo como criterio primario. Los especialistas debaten de esquina a esquina como contendores que ven a una sociedad bipartita y no de unísono.

Quienes miran a la fuerza coercitiva como los malos, los perseguidores, quienes discriminan o señalan por el color de piel o cierta condición, que presumiblemente actúan peor que los mismos delincuentes con la bendición de tener esa potestad.

En esa misma secuencia, pero desde otro criterio, pobrecitos los ladrones, como los humillan, no respetan sus derechos humanos, la necesidad los obliga.

Y cuando los delincuentes salen a robar, a violar, a asesinar, a extorsionar, a estafar, a amenazar, a dañar, a imponerse por la fuerza, ¿Las víctimas no tienen derechos humanos? ¿La fuerza coercitiva no puede con justa medida defender y defenderse? La población no puede estar tranquila.

No queremos volver a los años ochenta del siglo pasado, tampoco queremos un presidente que pacte con la delincuencia y tengan hasta un representante de esos lupanares en la Asamblea.

Debemos pensar en el bien común, las leyes son perfectibles, debemos cambiar las leyes porque tan culpable es el que se excede como el que sabe que no le van hacer nada abusando de aquello. Reformas instantáneas no arreglan nada.

Presidente Lasso no le tenga miedo al cambio de una Constitución y por cadena las demás leyes, siempre se puede mejorar eso será una gran contribución a la historia de nuestro país, es hora de unir lo que la viveza y el oportunismo dejó dividido; la gran masa pensante en sentido nacional y patriótico dará un veredicto positivo.

Cuando es por el bien de nuestro Ecuador, el revanchismo es cosa que no tiene cabida. A la juventud que le dañaron la cabeza hay que demostrarle que somos una nación de excelentes valores.

Ricardo Guamán Araujo

Twitter: @EMDLS