“El caso Porsche viene a configurarse como un Watergate ecuatoriano, lo que pasó en Estados Unidos con el expresidente Nixon”, expresa el asambleísta por Loja, Juan Andrés González, al referirse al reciente escándalo relacionado con un vehículo Porsche que apareció en una vivienda, en Guayaquil.
El automóvil de alta gama llegó al lugar minutos después de un allanamiento policial, donde fue detenido un sospechoso de colocar una bomba en el sector de la Bahía. El hecho, ocurrido el 3 de junio de 2025, despertó cuestionamientos públicos y políticos.
Según González, tras la explosión en la Bahía, el ECU 911 solicitó información a la empresa de seguridad del Municipio y rastreó los movimientos del sospechoso, identificado como Iván Ballesteros. Al día siguiente, a las 13:11 del 4 de junio, la Policía allanó el domicilio al que ingresó el implicado y procedió con su detención.
Cinco minutos más tarde, un vehículo Porsche llegó al mismo sitio. Del automóvil descendió una mujer, identificada por el vocero de la familia Noboa como Érika Tumbaco, quien ingresó brevemente a la vivienda antes de retirarse.
La polémica aumentó cuando se reveló que el Porsche pertenecía a Industrial Molinera, empresa de propiedad de la familia Noboa. Según versiones públicas, el vehículo habría sido prestado a una empleada que se dirigía al hospital para atender a su hija, aunque en el trayecto se desvió hacia Isla Trinitaria tras recibir una llamada de sus hijos, residentes en el lugar del allanamiento.
Compromiso de investigar
La versión generó dudas, sospechas y críticas. Mientras el implicado en la explosión permanece en libertad, el asambleísta González señaló su compromiso de continuar investigando el caso y de analizar la información disponible para esclarecer las posibles conexiones detrás de los hechos.