La urgencia de despertar

Y si te digo que se puede hacer política de forma distinta, tú que dirías. ¿Te sumarías a esta corriente donde el proponente te informa y debate sobre el arte de administrar con justicia e igualdad? Una corriente donde la causa colectiva es el pilar principal de la propuesta.

La pregunta inicial no es un simple ejercicio retórico; es una interpelación directa a la conciencia cívica, un golpe de timón a la deriva social en la que navegamos. Vivimos en una época donde la hiperconexión digital convive con una desconexión emocional y cívica sin precedentes. La información fluye a raudales, pero el discernimiento es un bien escaso. Y en el corazón de esta contradicción late el principal flagelo de nuestra sociedad: la falta de participación activa y comprometida.

La sociedad parece haber sido sedada por el figurismo, el morbo y el sensacionalismo. Las redes sociales, concebidas como herramientas de empoderamiento, se han convertido en plataformas de distracción masiva, protagonizadas por individuos que buscan mimetizarse y presentarse como la «voz del pueblo» sin poseer la sustancia ni la trayectoria necesarias. El problema no es el medio, sino el mensaje que consumimos y, peor aún, el que validamos con nuestro click y nuestra indiferencia.

El panorama político y social se asemeja a un déjà vu constante, una obra de teatro mal ensayada que se repite ciclo tras ciclo. ¿Qué deseas para el contexto en el que transitamos? ¿Es acaso revivir el pasado, avalando un capricho o un linaje político? Es deber reflexionar sobre el costo real de esta inercia. Es crucial recordarle a la juventud que lo que no se construye hoy, será la ruina del mañana. Para luego, no serás tan joven, y el margen de maniobra será significativamente menor.

Sin filtros, queda decir que, sin una sociedad activa, vigilante y demandante, no existirá un Loja para luego. Viviremos en un eterno retorno del pasado, donde las élites de siempre deciden por una mayoría apática. La participación no es solo votar; es fiscalizar, proponer, debatir y exigir. Es el motor que transforma una masa inerte en una ciudadanía consciente.

Paúl Cueva Luzuriaga

paulscueva@hotmail.com

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