Del egocentrismo al ecocentrismo

La enquistada creencia de que el ser humano está por encima de todo, ha venido generando grandes afectaciones a la Pachamama, porque aún no se consolida el conocimiento generalizado de que cada una de nuestras acciones tienen la capacidad de alterar el equilibrio de los ecosistemas y que aquel desequilibrio nos afecta también a nosotros. Rachel Carson en su obra Primavera Silenciosa decía: “el ser humano es parte de la naturaleza y su guerra contra ella es, inevitablemente, una guerra contra sí mismo”.

Un cambio de paradigma en el raciocinio humano, resulta ser urgente e imperativo para alargar nuestra supervivencia en el planeta; para ello, las acciones que realizamos cada día y además las intervenciones político-administrativas deben apuntar hacia la consolidación del ecocentrismo como una estrategia participativa, en la cual la sustentabilidad sea el objetivo a conseguir. Por las características de nuestro país, probablemente resulte efectivo emular lo realizado en países de la región, como Costa Rica que promulga políticas públicas en donde el ser humano es sólo un engranaje de un gran ecosistema, razón por la cual, sus actividades deben generar la menor afectación posible a la casa común.

La riqueza natural, cultural, patrimonial, gastronómica y la ubicación geográfica del Ecuador, son características que lo sitúan como potencia mundial para ejecutar actividades como: ecoturismo, agricultura sostenible, generación de energías limpias, pago por servicios ambientales, etc.

Benjamín Ludeña Guamán

benjamin.ludena@gmail.com

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