La campaña electoral será: elogio a la fotografía, al desarrollo industrial de las vallas publicitarias y la ciudad poseerá una gran cartelera de cine; así podremos veremos una variedad de géneros cinematográficos, desde las protagonistas de historias románticas, hasta personajes del drama, la comedia y no podían faltar los personajes del dolor y el terror.
La música, es otro de los instrumentos de la campaña electoral, los candidatos, fieles a su condición de herederos de una vena musical ancestral, no descuidarán pegajosas melodías, interrumpidas por algunas promesas que, seguramente… se olvidaron al término de la quermés electoral.
El derroche publicitario, ha sido el denominador común de los eventos electorales, la elección próxima pasada facturó cerca de treinta millones de dólares, la presente feria electoral, sobrepasará fácilmente dicha inversión, pues las grandes empresas electoreras, no escatimarán esfuerzo alguno en difundir sus mejores cuadros.
De literatura ¡nada! pues las ofertas de campaña han sido mal redactadas, con grandes incoherencias y atropellos al lenguaje, muchos confundirán el ser con el parecer, el dar con el ganar o el decir con el mentir; convirtiendo su palabra, en un laberinto de falsas promesas que no tiene ni principio ni final.
Nos quedan pocos días para cambiar esta triste realidad, para emprender seguros una nueva travesía, hagamos uso de nuestro último suspiro y derrotemos con valentía a la injusta oligarquía; para que esto suceda, les deseamos: …buen viento …y buena mar.
Lenin Paladines Salvador
leninbpaladines@hotmail.com