Nuestra política ecuatoriana es una práctica feudal, donde los EMPERADORES POLÍTICOS utilizan politicastros para defender su terreno partidista, contratando señores feudales -politiqueros de profesión- y éstos, buscando vasallos, villanos o lacayos para sus protervos intereses.
Los FEUDOS de la sociedad del siglo quinto, se comparan con el FEUDO POLÍTICO de ciertas empresas electoreras llamadas partidos políticos, quienes ejercen la misma política feudal en nuestras instituciones del Estado.
Esta es la institucionalidad que poseemos, este el proceso anárquico que vivimos en esta hora aciaga de atropellos e irrespeto a la Majestad de la Justicia, este el proceso concentrado del poder político y económico en manos de las mañas politiqueras de la seudo – democracia.
No hay salida jurídica ni política a la descomposición institucional, hoy la justicia, se vende o se impone, de acuerdo al número de votos o lacayos que el EMPERADOR POLÍTICO tenga dentro de su FEUDO. Hace mucho tiempo que la Ley dejó de ser un instrumento para administrar justicia; hoy sólo existe el revanchismo, la vendetta, la acción soterrada de la verdad, amparados en la vanidad y la impudicia del poder.
El camino democrático que nos queda es, seguir bregando en esta difícil tarea de buscar a la mujer y al hombre que vivan con nosotros la esperanza de una libertad definitiva. El proceso electoral entró en su recta decisiva y ojalá nos presente una papeleta digna de la representación popular; para que esto suceda les deseamos: …buen viento… y buena mar.
Lenin Paladines Salvador
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