Cada vez que llega una festividad en Loja, me encuentro disfrutando de los colores y luces, pero también me preocupa el uso de la pirotecnia. Para muchos, es un símbolo de celebración, pero para nuestros animales, es una fuente de estrés y sufrimiento.
He visto cómo mis mascotas reaccionan ante el estruendo de los fuegos artificiales. Se esconden, tiemblan y parecen completamente aterrorizados. Este no es un problema aislado. Muchas familias enfrentan la misma situación, y el impacto del miedo en los animales puede ser devastador. Las consecuencias van más allá del momento: el estrés prolongado puede afectar su salud.
Además, no podemos olvidar la fauna silvestre que habita en nuestra ciudad. Los ruidos fuertes asustan a las aves y otros animales, que pueden abandonar sus nidos y hábitats. Este desplazamiento no solo afecta a los animales, sino que también puede alterar el equilibrio del ecosistema local. Es una cadena de efectos que, aunque menos visible, es igualmente preocupante.
Es fundamental que reconsideremos nuestras tradiciones. Celebrar no debería ser sinónimo de causar daño. Existen alternativas a la pirotecnia que pueden ser igual de emocionantes, como los espectáculos de luces LED. Estas opciones no solo son más seguras, sino que también respetan el bienestar de nuestros animales y el entorno.
En resumen, debemos cuestionar el uso de la pirotecnia en nuestras festividades. La verdadera celebración debe centrarse en la alegría compartida, sin el sufrimiento de otros seres. Propongo que, como comunidad, busquemos formas de celebrar que sean inclusivas y responsables, protegiendo a todos los que comparten este espacio con nosotros.
Santiago Paul Saraguro Jaramillo
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