El tema ha sido motivo de un debate permanente. Las diferentes doctrinas económicas se han alineado de acuerdo con el peso que le han otorgado a la intervención estatal. En los albores del capitalismo, Adam Smith y David Ricardo (escuela clásica) plantearon un rol mínimo para el Estado. Fue la «mano invisible» la responsable de equilibrar el mercado (oferta y demanda). Como alternativa al capitalismo, Carlos Marx y Federico Engels dieron origen a un modelo que otorgó al Estado un papel absoluto, en el cual la planificación estatal sustituyó al libre mercado.
Para los críticos del capitalismo clásico y del socialismo marxista, John M. Keynes se convirtió en su gurú. Planteó la fórmula mágica de «capitalismo más Estado» y pareció que la humanidad había encontrado su derrotero económico; no obstante, el Estado obeso tuvo un paro cardíaco y regresó el desencanto. Entonces le llegó el turno a Milton Friedman, el padre del neoliberalismo; quien desempolvó la tesis clásica del «laiseez faire», otorgándole al Estado el modesto papel de gendarme del sistema económico.
También al modelo neoliberal le llegó su decrepitud y Friedman pasó de héroe a villano en varias economías del mundo. La humanidad ha experimentado varios caminos para lograr la equidad social, pero esta sigue siendo una tarea pendiente. Lo único claro es que dicha equidad solo será posible en un marco de libertad y respeto a los derechos humanos.
Gustavo Ortiz Hidalgo