Contra la desinformación: creer menos, dudar más

Quizá porque nos hemos acostumbrado a las redes sociales, a los mensajes de WhatsApp, a las actualizaciones de Instagram, Facebook, Twitter o TikTok. También porque a diario vemos fragmentos de algo: un pensamiento que fue parte de una idea más completa, una cita subrayada convenientemente, una declaración emitida en algún momento, una imagen con apariencia de algo «verdadero», o porque simplemente consumimos lo que nos gusta, concuerda con nuestra forma de pensar o se ajusta con nuestras creencias personales, que no advertimos que, precisamente, estos son mecanismos por los cuales se inyecta y alimenta la desinformación. Esto gracias a que los avances de la sociedad digital no han logrado subvertir la desinformación y ésta ha encontrado en los medios sociales digitales, una ventana para la circulación de una variedad de contenidos que incluyen tácticas de engaño, distracción y falsedad.

Si bien, no todo lo que nos llega al celular tiene una tendencia a engañar o pretende desinformar, el desarrollo mediático de la última década ha significado un despunté en la creación de mensajes desinformativos, que se ha denominado a esta realidad como un problema de alcance global que afecta a la calidad de mensajes con los cuales la ciudadanía interactúa y también al ejercicio informativo de los medios, pues la desinformación se inserta principalmente en eventos de interés colectivo, de ahí el alcance de su importancia. Ha ocurrido con los procesos electorales, durante campañas de pugna política, en desastres y emergencias sanitarias, como la Covid-19. También ocurre en contenidos que funcionan como distractores por ser graciosos y de alguna manera, direccionan la atención hacia una forma de percibir un acontecimiento.

Ciertas organizaciones advierten de los efectos negativos de la desinformación. Entre ellas, la Unesco, la Relatoría Especial de las Naciones Unidas para la Libertad de Opinión y Expresión, y la Organización Mundial de la Salud.

Rocío Elizalde-Robles

rociomelizalde@gmail.com