Loor al radiodifusor

La radiodifusión es una actividad muy compleja no solamente por el manejo de la mesa de control que tenía cientos de perillas que se debía mantener en cierta posición. Actualmente existen consolas digitales y desde los ordenadores informáticos se puede controlar la transmisión mediante las ondas sonoras de una radio, empero, ello no ha facilitado su actividad. Sigue siendo compleja. Es que el radiodifusor tiene la capacidad especial de transmitir emociones a la audiencia, él no entretiene, acompaña. No es un simple lector de noticias o comunicados importantes, es pues, el ser humano que, mediante su voz, modifica el comportamiento del radioescucha. Recuerdo que se transmitían novelas y obras de teatro que agrupaban a comunidades enteras que permanecían en silencio para no perderse ningún detalle auditivo que acompañaba a las melodiosas voces de las y los radiodifusores. Aunque se modernicen los medios de comunicación y cada vez sean más sencillos para cualquier persona. Se requiere contar con verdaderos radiodifusores, es decir, con aquellos seres humanos que sienten y modifican el estado de ánimo de los oyentes, convirtiéndoles en personas alegres, felices y acompañándoles en todas las actividades que se encuentre realizando. Por todo esto y para que la radio no desparezca, loor al radiodifusor.

Manuel Salinas Ordóñez

manuel.salinas@unl.edu.ec

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