El pintoresco paisaje y la abrupta estribación andina en el poblado de Catacocha, fue la cuna terrenal en la cual se erigiera majestuosa y celestial «La Comunidad Marista Ecuatoriana.” Institución que hizo de esta provincia y el país, el lugar predilecto para iniciar la gran obra de San Marcelino Chanpagnat.
El carisma que lo distingue al HERMANO MARISTA es su profundo amor a Dios a través de María… quien se ha constituido en “el recurso ordinario” de su diario navegar; Ella es su sombra, es la esperanza, es la fuente de la fidelidad que los proyecta a una perpetua juventud… por su amor a Dios.
En octubre de 1965, los Hermanos Maristas se hacen cargo del Instituto «Daniel Álvarez Burneo» y la Fundación Álvarez, con un déficit de un millón y medio de sucres y un edificio en ruinas que albergaba a 150 alumnos. Hoy el colegio Técnico (Unidad Educativa Fiscomisional Dabiel Álvarez Burneo), como lo llama la ciudadanía, es uno de los primeros establecimientos secundarios del país; en sus aulas se han formado prestigiosos lojanos que han dado lustre a nuestro terruño lojano…y nos han representado dignamente en el plano internacional.
Los maestros, sus alumnos y los padres de familia, hemos hecho propia esta filosofía de vida, compartiendo con ellos su primer pensamiento en tierras ecuatorianas: […]»SER PARA DIOS/ en el SER PARA LA JUVENTUD.”[…] a quienes han dedicado seis décadas de proficua laboral y abnegada tarea evangelizadora; procurando siempre la solidaridad y el bienestar de la comunidad.
Cada seis de junio, se recuerda la muerte del Santo Marcelino Chanpagnat, Fundador de la Comunidad Marista. El murió, pero su vida y su legado se ha prolongado en cada uno de sus discípulos; el talló la arcilla y esculpió en sus corazones los valores del amor, la sencillez, el auténtico humanismo y una efectiva transparencia de vida.
La grandeza de la mies, es el resultado de vuestro diario trajinar, vosotros habéis construido un manantial de esperanzas… y un porvenir de ilusiones en el corazón de mujeres y jóvenes lojanos… la simiente ha sido fértil y la cosecha abundante. Continúen navegando remeros del ayer, aventureros de hoy, evangelizadores del mañana… que una estrella del mar os entregará la luz y una caricia celestial les ofrecerá: …buen viento …y buena mar.
Lenin Paladines Salvador
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