¿Qué me espera en el futuro?

Es una pregunta frecuente que como jóvenes nos hacemos casi a diario, y aún más ante la incertidumbre que estamos viviendo a causa la pandemia. Hace unos meses pensábamos en que teníamos todo resuelto, que nada opacaría nuestros planes y que todo iría tal y como lo planeamos. Pero en cuestión de días todo estalló.

“Los jóvenes son el futuro de la patria”, eso nos dicen, y personalmente creo que no es del todo cierto. Frecuentemente escucho decir a mis compañeros: “acabo el colegio y me voy a otro país a estudiar” y tengo que admitir que hasta yo en muchas ocasiones lo he pensado detenidamente por la realidad actual de nuestro país. ¿Y se nos podría culpar por intentar alcanzar un futuro mejor?

Además, ¿cómo cambiamos esa realidad? Debo admitir que no es ni será nada fácil, si lo meditamos un poco parece no haber solución, pero todo empieza por una acción pequeña. Debemos empezar por cambiar nosotros mismos, si queremos ver una realidad diferente en nuestro país. Empezar por denunciar pacíficamente las cosas que no están bien y que en la mayoría de los casos terminan siendo injustas para muchos.

Con todo lo que estamos viviendo en esta generación, realmente debemos aprender a valorar lo que tenemos y, sobre todo, es necesario afianzar nuestros valores como jóvenes. Nos corresponde ser más responsables, más honestos y más humanos.

Comenzar por cosas pequeñas para lograr cosas grandes es la clave e intentar no ser parte de eso, que como jóvenes odiamos del sistema, solo así lograremos cambiar la realidad actual. Quizá lo mejor sea no pensar en ¿qué me espera en el futuro? Y tampoco en que los jóvenes son el futuro de la patria. Mejor será si nos preguntamos ¿qué estoy haciendo ahora? Y que el futuro de la patria nos corresponde a todos: jóvenes, niños, adultos o ancianos por igual. 

Está en nuestras manos cambiar la realidad, cambiar también nuestra mentalidad y empezar a ver un futuro brillante.