‘Pornopolítica’

Según un estudio publicado en Journal of Sexual Medicine, las relaciones sexuales duran una media de 5,4 minutos, pero si uno accediera a la pornografía con la que voluntariamente o no la mayoría de gente hemos tenido contacto, se diría ¡5.4 minutos, es poco, mínimo una hora, eso pasa en la pornografía! ¿Qué pasa en la pornografía? Relaciones sexuales impostadas, música de fondo, una trama interesante (si es posible con un fetiche), pose, pose y más pose. Todo programada y todo planificado para vender. Cuestión que no sucede necesariamente en la relación sexual, me refiero a la real. Diría Bukowski “A mí siempre me han puesto cachondo las resacas, no para besar ni chupar, sino para echar un polvo sin contemplaciones” cero poses.

Yo creo que lo mismo pasa en la política. Creemos que la política es la pose que vemos en la televisión o en las relaciones sociales, es decir, un candidato que puede que no le gusten los niños, pero sabe que debe salir abrazando un niño y si se ven y la foto es tomada como “natural” mucho mejor. Una candidata que nunca ha manejado bicicleta, pero ahora sale por senderos defendiendo ciclo vías porque la bici está de moda. Más en pandemia. Un candidato hablando en tercera persona (esto es algo que no entiendo) ¿desde cuándo se puso de moda hablar de uno, pero como ente externo a manera de héroe? No digo “Hola, soy perico de los palotes”, no, yo digo “Si perico de los palotes es tu candidato, tú estás bien” Súmele un guiño, un pulgar bendecido y una sonrisa ‘Mona Lisa’. No sabemos desde cuándo, pero seguro es parte de la ‘pornopolítica’.

¿Queremos cambiar la política? Exijamos políticos reales, partiendo de votantes reales. Menos porno, más política real. Menos pose, más soluciones reales. Que no duren una hora, sino que puedan y podamos “terminar” en paz.