El animalito cuidó al religioso en su lecho del dolor. Compartieron juntos 730 días. Fue rescatado en el Azuay.

A las 15:47, del sábado 17 de abril de 2021, se separaron para siempre dos buenos amigos, ello tras permanecer juntos, en las buenas y en las malas, 730 días. Esa tarde se cortó de un tajo el afecto que se guardaron el padre Jimmy Alexander Arias Piedra y su fiel compañero: ‘Pepe’, un perro callejero traído a Loja desde el cantón Paute, en la provincia del Azuay.
El religioso lojano falleció, luego de varios días de permanecer en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), librando una dura lucha contra la muerte, la cual, finalmente, terminó venciéndolo, apagando la vida de un sacerdote de 45 años, que se ganó el aprecio y la consideración de los feligreses de diferentes lugares donde sirvió de guía espiritual.
Aparece ‘Pepe’
Dos años atrás, las avenidas de Paute fueron testigos del ir y venir de un perro callejero que, con un recipiente en la trompa, iba por los restaurantes en busca de alimento, esperando que alguna persona o el mismo dueño del local le participen un poco de comida.
En ese trajinar nada liviano para una mascota que creció en las calles, aparece en su camino, más bien en un restaurante, el policía Geovanni Guzmán Cárdenas, que en ese tiempo se encontraba de servicio en ese cantón azuayo.
Uno de esos días, donde el “hambre dolía en la barriga” del “comensal” de cuatro patas, el uniformado le regaló comida. Ese gesto fue suficiente para que el perro todos los días se apareciera, religiosamente, a la misma hora y en el mismo restaurante, donde Geovanni Guzmán se alimentaba.
A partir de allí, según cuenta Alexis Arias, hermano gemelo del sacerdote Jimmy, se fraguó un indisoluble y mutuo cariño, a tal punto que el perro empezó a seguir a todas partes al oficial, como queriéndose proteger de los continuos golpes y maltratos que recibía de propietarios y clientes de los restaurantes.
Hacia Loja
Las vicisitudes del animal en Paute le narró con lujo de detalles Geovanni Guzmán al padre Jimmy, con quien le unía una gran amistad. Fue, entonces, cuando optó por traerlo y dárselo en adopción. A partir de allí, el destino de la mascota dio un giro de 180 grados porque nunca más fue maltratado, encontrando un techo, comida, medicinas y, sobre todo, abrigo y cariño. También se le puso un nombre: ‘Pepe’.
Al inicio, le resultó difícil adaptarse a ese nuevo estilo de vida, especialmente porque debía pasar dentro de la vivienda, a diferencia de Paute, donde el “mundo es ancho y ajeno” para un animal callejero y al que estuvo acostumbrado siempre ‘Pepe’. Dos veces se marchó de la parroquia eclesiástica El Pedestal, en Loja, donde el padre Jimmy era el guía espiritual. La primera vez todo el mundo fue en su búsqueda, pero la segunda, extrañando el cariño que el religioso y la comunidad le brindaban, retornó por sus propios medios, sin que volviera a escaparse nunca más.
Un cambio físico
Pronto el buen trato empezó a surtir efecto en el animal, desde su pelambre blanco con pintas negras hasta su forma de comportarse, demostrando una sagacidad e inteligencia propias de una especie de raza pura y no de aquel ser vivo que vagó por las vías de Paute, con hambre y sed, disputándose en refriegas la poca comida con otros animales, también de la calle.
El padre Jimmy y ‘Pepe’ iban a todos lados juntos y hasta a la misma Diócesis de Loja, donde el sacerdote cumplía las funciones de secretario-canciller. Allí nunca pasó inadvertido el animalito, ganándose el aprecio de los feligreses, de los servidores de la Curia y hasta del propio Obispo, Monseñor Walter Heras Segarra, “que lo quería muchísimo al perrito”, dice Alexis Arias.
Sobre el nombre del can, el hermano gemelo del padre Jimmy desconoce el porqué lo llamaron así, pero que pronto empezó a obedecer como ‘Pepe’. Lo que sí da cuenta de la fidelidad del animalito hacia el párroco de El Pedestal, a tal extremo que cuando estuvo en el lecho del dolor se convirtió literalmente en su guardián, ubicándose en la puerta de la habitación para no dejar pasar a nadie.
La despedida
En el sepelio, que se cumplió el domingo 18 de abril, ‘Pepe’ se sintió inquieto, confundido. En la misa se movía de un lugar a otro, buscando a su amigo, con quien, justo ese día, cumpliría dos años de estar a su lado. En un momento, miró la fotografía que se encontraba sobre un trípode, reconoció al padre Jimmy, y se echó a sus pies, como protegiendo a su dueño.
Alexis cree que con el pasar de los días la mascota sentirá más la ausencia del sacerdote porque durante su enfermedad “se ponía mal el perrito porque sentía el dolor de mi hermano”.
VOZ
“Mi hermano Jimmy siempre decía que en las eucaristías los perros y los niños nunca me distraen porque son los seres más dignos y nobles que hay en la Tierra”,
Alexis Arias Piedra, hermano gemelo del sacerdote.
PARA SABER
‘Pepe’, al momento, se encuentra en el hogar de Geovanni Guzmán Cárdenas y su esposa Nelly Peña, quienes lo rescataron de las calles azuayas.
DÍGITO
Según los veterinarios, la mascota tiene una edad aproximada de cuatro años. No es de raza pura.