La crisis económica que viven los 221 municipios de país amenaza con paralizar la escasa obra pública que se mantuvo en el presente año a causa del Covid-19. De continuar la falta de recursos en las arcas municipales, no se podrá hacer gasto de inversión porque ni siquiera hay recaudación tributaria y sólo se limitarán a ofrecer servicios básicos como recolección de basura, aseo de la ciudad y agua potable.
Voceros de la Asociación de Municipalidades de Ecuador (AME) advierten que los recursos que adeuda el Gobierno y el anunciado recorte presupuestario llevarán a la quiebra a los municipios y pronto dejarán de funcionar al menos 100 de ellos, sobre todo los más pequeños, debido a que el presupuesto disponible solo les alcanza para pagar sueldos, en unos casos; en otros, ni siquiera para las remuneraciones que adeudan de hace 3 y 4 meses.
Los municipios buscan alternativas para aliviar la crisis, frente a ello plantean al Gobierno 4 puntos: la condonación de las deudas que mantienen los municipios con el Banco de Desarrollo (BDE), renegociación de la deuda de los municipios que mayores problemas de liquidez registran con el BDE, un crédito bilateral de 2 mil millones de dólares para los municipios y apoyar a los GAD municipales a mantener algunas competencias de matriculación vehicular.
Hay que reconocer que el gran problema de los municipios, especialmente pequeños (menos de 50 mil habitantes), es que gastan más dinero en el pago de sueldos que en obras, por cumplir los favores políticos que asumen los alcaldes en época de campaña. Se vuelve necesario, entonces, trazar una hoja de ruta anticrisis que cuente con el consenso de las partes y cuya factura no caiga en las espaldas del pueblo ecuatoriano con medidas neoliberales.