Para nadie es desconocido que los adultos mayores, a los que se suman quienes están “viviendo la yapa”, en un alto porcentaje son las victimas mortales del coronavirus y de la prolongada crisis económica que estamos viviendo a este sector de ciudadanos, que además son sujetos de engaños con filosóficas palabras y huecas sutilezas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el recetario para tener una economía saneada, ha recomendado al Gobierno suspender la devolución del IVA. Un tributo que se paga en varias transacciones comerciales y financieras. Recomendación que atiza el vértigo de la desigualdad y la poca preocupación social por los más débiles. Lo que le interesa al FMI es garantizar que el gobierno del Ecuador pague el reciente préstamo de 6500 millones de dólares, como a cualquier chulquero, sin alma ni corazón.
Ventajosamente el Servicio de Rentas Internas (SRI) con fecha 28 de septiembre ha tomado una resolución, que entrará en vigencia cuando se publique en el Registro Oficial, mediante la cual las personas de la tercera edad tendrán la devolución automática del Impuesto al Valor agregado (IVA). Disposición que beneficiará a este grupo vulnerable, que por cierto su vieja pobreza la gasta más en medicinas, subsistencias y también en el pago de una anticipada funeraria, en razón de que la edad nos hace pensar en lo que todos pensamos, que cada día estamos más cerca del “Parque de los Recuerdos”.
Una medida saludable, adecuada, justa del SRI, que tiene sentido social porque se acerca a ver la vida en la vejez. De alguna manera aliviará en algo la mísera economía de 500 mil personas de la tercera edad, incluidos los más “viejitos”, que están esperando les llegue el día de aporrearse para siempre.