Antes de preocuparse que está haciendo nuestro prójimo, el mejor chisme es velar por uno mismo. Y es que muchos se preguntarán ¿Por qué el vecino, el amigo, o una tercera persona está interesada en tú forma de vida? Si a veces no son capaces de conocer, juzgar y reconocer la suya.
Para esto me remonto a millones de años atrás como especie y desde el punto de vista biológico nosotros los homo sapiens «hombres sabios» aún parecemos tener rasgos como neandertales o denisovanos. O es que la cultura, la política, y sociedad nos ha cambiado por completo.
Los «Sapiens» nos diferenciamos por nuestras capacidades cognitivas, la comunicación y nuestra forma de pensar lo cambiaron todo, pero parece que para unos estas conexiones cerebrales aún permanecen no evolucionar debido al famoso «chisme» que lo único que hace es dañar a quien lo emite y dañar al otro. Pero este termina cuando lo asume alguien con sabiduría y busca encontrar la verdad y ser real ante un mundo de títeres humanos.
Y hasta para el chismoso hay ciencia. La teoría del chismorreo es que una persona no define su capacidad de transmitir información sobre los hombres y animales. Sino de emitir información acerca de cosas que no existen en absoluto. Somos campeones en hablar de situaciones que nunca se ha visto, sentido y olido. Y es que hablar es fácil, dar ejemplo es lo difícil.
Y si encuentra un chismoso en su esquina es preferible entender la especie y no se muera de iras, parece que no todos han evolucionado de la misma forma.