Después del feriado

Los pobres por lo general no tenemos feriado, lo que tenemos es cese obligatorio de actividades, algunos aprovechamos para de otra manera distinta a nuestras labores buscar otra clase de ingresos. Los feriados es para gente que tiene un trabajo estable, un ingreso  económico que represente holgura  y no la calamidad de vivir alcanzado y sacando un préstamo para cubrir otro. Pero hay de aquellos que viven su ficción de reventar tarjetas de crédito, pedir avances de dinero para pasarla “bien” condenados en cualquier  momento a ahogarse ya no en deudas  en las que  ya  vivimos sino  en una  situación de riesgo financiero  irreversible.

Volvemos a la rutina nacional con nuestra falta de horizonte y problemas políticos domésticos que están a la orden del día  por aquello que nosotros ya estamos próximos  a elecciones y algunos actores políticos se quejan  de  campaña anticipada solo por salir diciendo algo en los medios de comunicación, ya mismo han de salir diciendo que hay movimientos y partidos que    tienen sus sedes políticas cerca de los recintos electorales.

Así  nos  damos cuenta de la  falta de preparación y experiencia de muchos aventureros políticos; y la vasta experiencia y  malicia de los políticos de oficio que se saben todas la mañas que no dicen nada por conveniencia,  es la clase de políticos que tenemos.

Cosas como esas son las que  estos señores que pasan viendo si les juega el número y consiguen trabajo al  menos cuatro años  deben estudiarlas, averiguarlas para que  puedan ser frenadas  cuando ocurran y no solo buscar una cámara, un micrófono o una  página de periódico que muestran su más clara ignorancia y los otros sus bascosas actuaciones.

Ser pobre, es no tener dinero en los bolsillos, no significa que no se tenga dignidad y  buen criterio.