Se levantan las restricciones por la pandemia en el Ecuador y estamos en el derecho de tomar, literalmente esta máxima: comamos y bebamos que mañana moriremos y que el ingenio de los lojanos la cambia graciosamente en: comamos y bebamos que mañana la componemos…
Comamos y bebamos, saludemos con apretón de manos, con beso en la mejilla; salgamos a la calle, salgamos del encierro porque ya estamos claustrofóbicos y hartos; vayamos a la playa, al gimnasio, al bar; vayamos de shopping, para sacarnos el estrés; hay que volver a comprar y amontonar tanto y cuanto cachivache se nos ocurra.
Y si son candidatos: coman y beban…sigan engañando, mintiendo y falsificando, ¡eso sí! no olviden ponerse la máscara de cuerpo entero para ocultar el engaño y para que los ingenuos fanáticos los sigan eligiendo, para que negocien con sobreprecio, para que oculten cifras, con la única intención de ahorrar a su pueblo sobresaltos.
Comamos y bebamos… que al fin y al cabo hemos probado nuestra fortaleza en confinamiento resistiendo cuando nos quedamos sin trabajo, en la quiebra del negocio, cuando negocian a costa de nuestra vida y con nuestros muertos, y hemos resistido también cuando la pandemia vino a llevarse a los que amamos.
Comamos y bebamos… sin acordarnos de médicos y enfermeras, que están en primera línea en esta batalla y que cada día ponen su vida en riesgo para que podamos seguir comiendo y bebiendo…
Comamos y bebamos hasta hartarnos, mientras los hospitales se desbordan, y se amontonan los fallecidos en las morgues, comamos y bebamos que al fin y al cabo todos moriremos, más aún si somos muchos los contagiados y faltan camas, respiradores, medicinas…