Amar la tierra que nos acunó, es algo indudable. Esa gama de acontecimientos, anécdotas, tradiciones, aromas; cimentan en el alma sentimientos de amor y pertenencia, que nos acompañan para toda la vida. Quizá la emotividad viene, por aquello de acercarse el bicentenario; o, porque la cuna de artistas como la identificamos con cariño, compita por el reconocimiento de ciudad más sostenible de mundo, eso; para quienes la amamos, topa el alma.
Los lojanos pese al centralismo, según la historia, hemos encontrado formas de salir adelante, gracias a la pujanza de sus hijos, he ahí el legado del que nos ufanamos.
Sin miramientos políticos, está el apoyo a lo nuestro; conscientes somos del implemento de acciones sustentables como, el manejo de los desperdicios, el sistema de ciclovía, avance en la descarbonización del transporte público, el uso de energía limpia con la Central Eólica Villonaco. Que nos falta, es verdad, pero acciones como estas, ayudan a restituir la degradación del planeta; con las que debemos colaborar en sentido de dignidad y no de obligación. Quizá el premio se muestre lejano, por aquello de la falta de fuentes de empleo, pero el saberla compitiendo; nos debe enorgullecer.
Cumplamos en estos escasos días que restan, un papel decoroso, unámonos en esta acción cívica apoyando con nuestro voto; transmitamos al país y al mundo, que todos los hijos de esta noble tierra, la respaldamos.